Llegó un mensaje o inbox de una amiga mamá desesperada, que me
cuenta: «Hola, Mili, mi hija de 4 meses tuvo control de niño sano y me han
dicho que está baja de peso, que debería darle fórmula, que mi leche no le
sirve. Quedé mal, sentí que hacia mal las cosas con ella, no sé qué hacer».Me
destrozó su mensaje. Yo también alguna vez lo escuché, porque la Hermana Mayor
desde que nació fue pequeñita y delgadita (hasta ahora).
En respuesta, le di aliento y seguridad a ella: «Tu leche no se compara con ninguna fórmula, tu leche es única y recuerda que la leche materna previene la obesidad infantil,etc».
En respuesta, le di aliento y seguridad a ella: «Tu leche no se compara con ninguna fórmula, tu leche es única y recuerda que la leche materna previene la obesidad infantil,etc».
¿Obesidad? Ahí es donde me
quede pensando y mis dudas fueron directamente al siguiente control de Nicolás.
¿Por qué? Porque es un súper bebé y mi temor es que llegue a la obesidad, es que siempre me han dicho que los bebés que toman
leche materna exclusiva son de peso normal y Nico pasaba las estadísticas. Y
llegó el día la pregunta del millón que me hizo la licenciada: «Señora, ¿qué
fórmula le da?». Hinché mi pecho toda mamá gallina y le dije: «Licenciada, es
pura leche materna». Jajaja, fue chistoso, porque me miro con una mueca, pensó,
y me dijo: «¡Felicitaciones!». Yo, con mi felicidad de oreja a oreja, porque
muy pocas personas te dicen felicitaciones. Le pregunté: «¿Es obeso?»Y la
respuesta que quería escuchar: «No, señora, es un niño grande, pasa las
estadísticas, ¡es un súper bebé!» (ahora entienden de dónde viene su apodo,jajaja).
Nicolás nació con 3.4 kg y con 51 cm. Al mes, llegó a los 5 kilos, más de lo
que debería subir. Recuerden: ese mes el niño recupera lo perdido, pero él ganó. Antes que naciera, me aluciné de
un bebé chiquito, así como su hermanita mayor, pero el Súper Bebé salió con una
rica gordura y grande. ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cómo? Bueno, mi papá es alto…jajaja.
Niño grande, chiquito, peso normal o peso mayor, si te dicen que
está bajo de peso, no hagas caso, porque es tu leche que lo alimenta, nunca le
hará mal. Confía en tu cuerpo y en tu naturaleza. Si creaste a un ser hermoso,
también tienes el súper poder de dar alimento a tu hijo con lo mejor de lo
mejor: la leche materna.
La leptina, una proteína presente en la leche materna cuya ingesta durante la lactancia previene la obesidad y diabetes
en edad adulta
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