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La Hermana Mayor recién cumplía 14 meses de vida, tiempo que cumplíamos de ser tres en nuestra familia, pero justo en esos días algo en mí pasaba. Me sentía rara, hermosamente rara. Una madre desarrolla sus intuición al máximo, y eso me paso a mí, ya sabía que esperaba a alguien muy dentro de mi corazón, pero las pruebas de orina me fallaban, daban negativo y yo aún estaba con la duda. Aún recuerdo que sin decirle a Papá Pulpo, me fui hacer un examen de sangre para saber si daría por fin positivo, pero otra vez negativo. No me quedé satisfecha, esperamos una semana más, y los síntomas eran ya mis sospechas de que Súper Bebe venía en camino: el típico dolor en la espalda (se siente como si quisieran partirte en dos). Dije: «Estoy gestando, esas pruebas están locas». Tenía leves nauseas, pero Papá Pulpo decía que era gastritis. Clau, por su lado, cambió sus ánimos y ya no era la bebé de siempre que quería jugar con papá, solo quería estar  con mamá. Eso me agradaba mucho, saber que la relación entre las dos se volvía más fuerte. Era un sábado, quería hacerme la prueba de orina de nuevo porque estaba segura de que había un bebé en mi vientre. Esperé en el baño: «¿A qué hora salen las benditas rayitas?». Y listo, salieron las dos hermosas rayitas, salí del baño y los miré, sin decir nada. Y Papa Pulpo le contó a Clau que tendría a su hermanito

Claudine: Aun no lo entiendes pero sé que desde el momento que te enteraste que serías la Hermana Mayor, lo sientes. Cada vez que me haces cariños en el vientre, sé que lo amas con todo tu corazón y los dos se cuidarán. Fueron los mismos malestares, pero aumentaron los dolores de cabeza. Sin embargo, tú siempre estuviste ahí, Claudine, para alegrarme con tus ocurrencias, con cada cosita que aprendías y aún aprendes; si no llevo babero, es porque no lo tengo de mi tamaño, y ¿sabes? Lo mejor de todo es que contigo estoy aprendiendo ser mejor persona. Gracias por ser como eres conmigo, aunque mucha gente me dijo que te volverías engreída, que serías malcriada, no lo eres.  En fin, muchas cosas nos hablaron, pero tú hasta ahora eres la niña de siempre. Claro, como lo dije, más cariñosa y celosa (no quieres que nadie me abrace), pero ya pasará y sé que ese amor que tienes por las personas que amas lo multiplicarás por tu hermanito. Porque serás: La Hermana Mayor.