Siempre respeté tu voluntad y tu desarrollo; nunca me apresuré en adelantar tus etapas de crecimiento, y lo seguimos haciendo contra todos. Ahora, que en teoría para muchas personas te toca hablar, no lo haces de una manera fluida y no se entiende lo que dices, así que tienes a tu traductora personal: yo.
Tus palabras
mágicas siempre se entendieron, desde que eras pequeñita, lo que me hace
recordar a tu primita Vale.Ya sea un«hola» que das, o cuando salimos, que te
despides de tus peluches, almohadas, de la cama, con un beso y un chau (bien
alegre). Eso me hace feliz, porque sé que lo haces con tu voluntad.
El sábado, fecha muy especial, yo no sabía qué iba a
pasar. Sé que lo entendías, pero no pensaba que dirías «Gracias mami» (las dos palabras con una breve pausa). Me emocioné,
tu papá y tu mami (abuelita) sabían cómo estaba de entusiasmada, alegre…¡Quería
llorar!, porque nunca te obligamos a
decir nada. Desde antes del año y medio decías «hola» a todas las
personas que veías y «chau» de igual forma, aunque
muchas veces nunca te respondían los adultos.Tu «amo nino (Nico)» fue lo mejor de todo, pero un «gracias»lo esperaba desde hace mucho, con paciencia.Fue tan lindo…Una palabra
mágica más en tu diccionario.Esas son palabras que te emocionan, y a mí me llenó el
corazón de alegría. Ahora, todo el día me tienes con «gracias».Suena bonito de
tus labios rosados.Cada día, me enamora tu desarrollo.Es lento, pero con paso
seguro y firme, sin miedos.
Con la palabra «gracias» lograrás muchas cosas: dar gracias a la vida, gracias al amor, gracias a la naturaleza, gracias a Dios,
gracias porque eres feliz.
No hay dudas de que serás un ejemplo para tu
hermanito. Cada vez confío en ti, aunque me duele aceptar que te estás
volviendo independiente.Hoy me dijiste gracias por el almuerzo y te
fuiste a jugar diciéndome chau con un beso. Te veo y no lo creo… ¡ya estás creciendo, mi niña!.
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