Colecho: Mi Cama Familiar.

No podemos pensar lo mismo todas, porque cada una cría a su manera. Quizás algunas seamos las «talibanas de la teta», como la sociedad nos dice a las que fomentamos la lactancia, o una «mamá floja», como en el artículo que leí  de Mamá Koala y sé que muchas se siente identificada al 100%; y sí, se respeta la forma de pensar  de cada una, pero con información a la mano, sin críticas vacías sobre si damos teta prolongada, si cargamos demasiado
a nuestros bebés, si consolamos a nuestros niños en una crisis de «berrinche», o dormirnos con ellos. Sobre este último me voy a referir más: el colecho.
¿Qué es  el colecho? Si duermen papá y mamá, papá solo o mamá sola con su hijo o hijos en una misma cama, eso es: colecho. Si tienes la cunita o moisés al lado, es: colecho. Dormir en la misma habitación es: colecho.
En muchos foros, blogs, webs de maternidad, etc., encontrarás este tema de debate: dormir con nuestros hijos o que ellos duerman solos. La decisión es familiar, pero con una buena información podemos desterrar los mitos que nos cuentan sobre el colecho. 
Voy a contar mi propia experiencia. 
En mi familia, es normal que los bebés o niños duerman con sus papás. Mi mamá siempre decía que para ella era más fácil sacar la teta y dormir. ¡Qué floja! Preparar biberones no era para ella, menos en las noches (acuérdense, fui criada con lactancia mixta, sin embargo, en las noches éramos la teta de mamá, yo o mi hermana). ¡Seguimos vivas! ¡Yupi!
El colecho reduce las probabilidades de muerte súbita del bebé. Cuando yo ya era toda una profesional dando de mamar, decidí darle en la cama, y la diferencia era bastante grande. No lo hacía antes porque aun no sabía acomodarme y lo hacía sentada en la cama. 
La pregunta es: ¿colechar y dar de mamar es bueno? ¡Claro que sí! Te ayuda a descansar, sin necesidad de estar despertando a tu bebé  al sacarlo de su cuna y darle teta. Además, en los primeros meses, estimula a la producción de leche, pues los bebés se despiertan más.
Tengo un caso particular, que nos sucede ya hace unas semanas.La hermana mayor se despierta por las noches y dice: «Mami, Mami…» (con voz de tristeza). Creo que ya comenzó a tener pesadillas, y mi salvavidas es tenerla al costadito mío. Yo me volteo y voy hacia ella, dormimos abrazaditas. ¡Qué delicioso son esos momentos! Y a la vez, le digo: «Mami está contigo, no te asustes», y ella vuelve a conciliar el sueño.                                                                                                             
Dormir con nuestros bebés es la forma natural, es nuestro instinto. No malcriamos a nuestros niños, tendremos una vida para dormir con nuestras parejas, en una cama matrimonial y no familiar, porque pensemos, nuestros hijos crecerán, van a querer tener su espacio sin que los papás los incomoden. 
Pero ahora, para ser responsable de un buen colecho, hay que saber las medidas de seguridad: 
El colchón debe ser firme y liso. 
Asegúrate de que tu bebé no pueda caerse de la cama o quedarse atrapado entre el colchón y la pared. 
La habitación no debe estar muy caliente.Tu bebé no debe estar demasiado vestido, no debe llevar más ropas de las que tú llevarías.  Los cobertores (o mantas) no deben sobrecalentar al niño ni taparle la cabeza
Los animales domésticos no deberían compartir la cama con el bebé. 

Cuando NO practicar el colecho:                                                                                                                                            
Cuando los padres son fumadores (aumento de riesgo de Muerte Súbita del Lactante) 
Evitar el colecho en un sofá. 
Evitar el colecho si tu bebé tiene fiebre alta.
Finalmente,sí,existen diferentes formas de hacer dormir a un bebé o niño, como masajes relajantes, leerles un cuento antes de dormir, jugar un ratito en la cama es de lo más divertido, traer unos títeres, inventar canciones y ponerse a cantar hasta no parar(creo que estoy hablando mi rutina de sueño con la hermana mayor cuando está a mil por hora en las noches), pero ¿dejarlos llorar es realmente bueno para ellos? ¿Llorar, para que ensanchen los pulmones? ¿Dejarlos que lloren para que no se acostumbren a los brazos? ¿«Fuerza de voluntad, déjalo llorar y tendrás buenos resultados«? ¿«Son 2 minutos, no es nada»? Pues yo lloré al parir a mis hijos, pero de alegría. No permitiría que ellos lloren por sufrimiento. Siempre les digo: antes tenemos que informarnos y, a partir de eso, podemos hacer lo que nuestros instinto nos diga, no lo que las personas nos puedan comentar.Y tu decisión, así sea colechar o no colechar, será la mejor, porque te sientes bien. Y las que colechan ya saben que no están mal, más bien: ¡disfruten de esos momentos!.



Foto de Internet.


Bendiciones.



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