Papá Pulpo criando con amor

El tiempo vuela, no hay duda de eso. A veces, puedo sentir como el trabajo consume mi vida y mi tiempo, que los días me llevan de un lado a otro como si fuese una hoja de papel, me levantan y me tiran al suelo con fuerza. 

Te quita el aliento. Sin embargo, tengo un refugio: cuando llego a casa y veo los ojos de mi esposa y los pequeños brazos de Claudine y Nicolás buscandome, me lleno de energias nuevamente, me siento aliviado y reconfortado. Quisiera pasar más tiempo con ellos. 

Pienso que nadie tiene la vida comprada. Nadie nos asegura que aquello que queremos estará allí mañana. Por eso, trato de llevar la vida en paz, conmigo mismo y con los demás. Cada segundo cuenta en esta vida, cada mirada, cada palabra. Por eso, uno nunca debe dejar las cosas para después, porque después, más tarde, nuestra vida puede tomar un giro inimaginable. Todo lo que debamos decir o hacer debemos hacerlo ahora, porque no hay mañana, el mañana no existe aún, hoy es nuestro tiempo. Debemos esforzarnos por compartir y disfrutar buenos momentos con nuestra familia, con las personas que queremos, vivir la vida intensamente con alegría. Debemos también luchar por hacer realidad nuestros sueños, aunque nos digan que no podemos, que estamos locos. Debemos escuchar a nuestro corazón. 

Este es el mensaje que quisiera dejarles hoy, Claudine y Nicolás. Debemos vivir para hacer realidad nuestros sueños, hacer lo que más nos guste en la vida, lo que nos nace desde adentro, escuchar las criticas constructivas para mejorar, y cuando hayan alcanzado ese sueño que tenían, ir en busca de otro.

 Se convertirán así en cazadores de sueños. Esfuercense mucho, si hacen lo que les gusta ni siquiera se sentirán cansados. Y si algún momento sienten que ya no pueden más, que tienen el mundo contra ustedes, piensen en la satisfacción que tendrán porque están haciendo algo que es suyo, algo que es en verdad importante para ustedes.

El esfuerzo da sus resultados siempre, tarda en llegar, pero al final hay recompensa.

Con amor, para Milagros, Claudine y Nicolás.