Tú, eres única, no hay nadie como tú, que nadie te diga lo contrario.
Tú, vales más que una carita triste en el cuaderno.
Tú, tienes derecho a saltar, jugar, ser feliz y demostrar tu felicidad.
Nadie tiene derecho a decirte ¡Cállate! o a decirte ¡No sabes nada!
Nadie tiene derecho hacerte sentirte mal, dímelo siempre, yo estaré para apoyarte y brindarte mis brazos.
Tú, eres especial, para mí y para los que te conocemos, queremos y amamos.
Tú, eres más que un examen de admisión a tus 3 años.
Tú, no necesitas escribir y leer a tus 5 años.
Tú, necesitas aprender sin presiones y sin temores.
Nadie puede juzgarte.
Nadie tiene derecho a lastimarte y gritarte, ningún niño se lo merece.
No tengas miedo, toma de mi mano que caminaremos juntas de nuevo.
Recuerda que acá tienes quienes te aman y respetan.
Tú, eres una hermosa chiquita alegre, que nadie opaque tu sonrisa.
Eres inteligente, nadie tiene que decirte que no sabes o no aprendes, lo haces a tus medidas, sin apuros.
Sabes, todos los niños son sabios y cada
día tú me lo demuestras con tu paciencia y amor porque pintas nuestros
corazones de colores pasteles, de colores hermosos, de colores radiantes.
Eres diferente, eres única, eres especial: no
pintas en el dibujo mismo quieres pasarte un poco más; para ti el bombero es
color rosa, no rojo; amas estar en el suelo, sin zapatos, a pie calato; abrazas
fuerte, no eres perfecta; te enfadas y tienes tus momentos frustraciones pero
eso es lo interesante que esas situaciones nos refuerzan como padres.
Gracias por ser como eres, gracias por tu
sonrisa mágica, gracias por tus incontrolables besos.
Gracias, por amarme, decirme que me quieres.
No quiero una niña quieta, quiero que juegues y
disfrutes el placer de la vida, que a tu edad no hay nada más bonito que reírse
a carcajadas, pedir abrazos cuando lo necesites.
Sí, hija, ya paso, intentaré de borrar las cosas
malas de tu mente y vamos a cultivar cosas bonitas. No te asustes, ten la
seguridad que mamá, papá estarán siempre contigo a penas nos llames y necesites de nosotros; solo acuérdate de
los momentos felices siempre.
Aprendí que no te puedo
tener en una bolita de cristal, que todo el mundo no te va a mirar como yo lo
hago, que muchos no te entenderán (ya seas porque no hablas claro, o porque no
sabrán como consolarte cuando te pase algo). Eres libre, tu libertad es mi
felicidad, que en cualquier sitio tienen que respetar tu manera de ser, que
nadie te puede obligar hacer algo que no quieres, que nadie tiene derecho de
etiquetarte. Mil veces: Eres única, y no
como los demás quieres que sean, eres tú, la chica que juega, salta, ríe y no
es perfecta.
Hermoso, mil veces hermoso...expresas lo que muchas madres sentimos :)
ResponderEliminar